miércoles, marzo 26, 2008

Cartero, carpintero, agricultor, albañil y pensador..

Como estoy poco inspirao por que acabo de volver de vacaciones rescato otra "joya" pa la saca del anecdotario Ardacho, está corresponde a otro ilustre de la peña, el Migue, el hombre más polifacético que he conocido en mi vida....lo mismo te coloca la tarima flotante que te entrega una carta, y todo eso en el mismo dia.

La anécdota que me dispongo a contaros tuvo lugar en el campeonato de España de motociclismo del año 2002 en Jerez. Nos fuimos el Migue y yo con unos colegas (Mariete, Rafi, Ceballos,...) a disfrutar de la emocionante y excitante fiesta que se vive en Jerez y sus alrededores en ese fin de semana. Lo dicho, que después de pasar toda la noche de fiesta en el Puerto de Santa María nos encaminamos al circuito sobre las 7 de la madrugada sin haber pegado ojo. Tumbona, sombrilla, nevera llena de birras y sanwiches de fiambre; hacia falta algo más para disfrutar de una apasionante mañana de motociclismo (aparte de lo que todos sabemos que me gusta), pues si, algo menos de calor, pero claro no se puede pedir todo, o sí.


Bueno al lío. Una vez acoplaos en una ladera donde había cienes y cienes de personas, era inevitable entre carrera y carrera dar una cabezada que otra. Primero disfrutando del agradable frescor de la mañana y luego sufriendo el calor más espantoso que os podéis imaginar (gracias Turu por esa enorme sombrilla que tan buen papel hizo, te debo una. Cuando necesites un riñón,....o lo que sea ya sabes), solo deciros que se me quemaron las espinillas que era la única parte de mi cuerpo que se encontraba expuesta al sol. Y aún así había gente aguantando a la intemperie, debe ser porque están acostumbrados al sol de Andalucía, de otra manera no me lo explico.


A continuación voy a presentaros a los secundarios de lujo de esta historia, una familia típicamente andaluza con su churumbel que aguantaban el sol de justicia estoicamente y a base de la mayor cantidad de víveres que he visto en mi vida. Una nevera del tamaño de un bunker de la 2ª Guerra Mundial de la que no paraban de salir todo tipo de víveres y de una variedad increible (yogures, melón, chorizo, etc....).


A todo esto nuestro querido amigo Migue disfrutaba en su tumbona de una merecida cabezada entre la carrera de 250 c.c y Moto GP. Espatarragado todo lo largo que era, digamos que sus pies se encontraban a la altura de la cara del churumbel que tan felizmente saboreaba una enorme y deliciosa raja de melón. Cuando de repente la expresión del chaval cambia radicalmente del placer al asco........yo lo observo, mira con aprensión la zapatilla de Migue y trata desesperadamente de llamar la atención de su padre tirando con insistencia de su camisa.

- Ahhhhh. Paaaaaa, paaaaa¡¡¡¡

- Ahhgggg¡¡¡ tate quieto ninio, que me tiras la cerveza y aun te tengo que espolsar una hostia.

- Que este tío lleva una mielda en la alpargata, pa.

Pobre muchacho, imaginaros cuando empezó a notar el olor, por que cuando se estaba fresco, vale, pero en cuanto apretó el Lorenzo aquello debió ser insufrible para su delicado estomago.
El padre intentando avisar a Migue tirando de su pantalón...

- Oshe, chava, no sea guarro y limpiate l´alpargata , que has pisao un truño.

El Migue que no se entera, por que esta sobao perdio...

- Mmmññlnsssgghg (ruido de Migue al regresar al mundo de los vivos).

- Chavaaa¡¡¡¡ qué te limpies conio¡¡¡

- Mmmmrrrrrññggggraaahhhrrrg.........lo cualo?

Juro que trataba de avisarlo, pero entre que apenas podía hablar de la risa y el cabrón que llevaba una caraja del cagarse, la cosa era complicada.
Al final, y después de unos cinco minutos tratando de que despertara (por que los ojos los tenia abiertos, pero yo no veía brillo de inteligencia en ellos) y comprendiera, más a base de mímica que de palabras, que llevaba una mierda en la zapatilla, conseguimos que a trancas y barrancas se levantara y fuera a limpiarse y así poder seguir disfrutando de un día en las carreras.
Al cabo de un rato Migue regresa, tropezando con todo el mundo, para mí que no se enteró de nada, fue como un sueño para él, por que no fue capaz ni de limpiarse, vino con la zapatilla llena de tierra y mierda, pero parece que eso ya no le molesto al chaval, o lo dejaron por imposible.

Estoy convencido de que a día de hoy, cada vez que le cuento esta historia a Migue descubre algo nuevo. Si le preguntáis os dirá que fue un sueño muy extraño (más bien pesadilla) que tuvo provocado seguramente por el cansancio y el calor extremo del circuito, pero para eso estoy yo, para dar fe de que todo lo que aquí se ha escrito es totalmente cierto.

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