El Bebe Medicamento

En los últimos días se ha hablado mucho acerca del nacimiento de Javier Mariscal. Este niño nació el Domingo pasado y fue una gran alegría para sus padres, y no solo por por la consabida felicidad que un recién nacido aporta a cualquier familia, también por que este niño ayudará a salvar la vida de su hermano que sufre un tipo de anemia que le habría provocado la muerte de no ser por que el embrión de Javier fue seleccionado en un laboratorio para que este, además de nacer sin la enfermedad, fuera totalmente compatible con su hermano y así poder transplantarle células del cordón umbilical que le salven la vida.

Esta historia a simple vista es una buena noticia. Es fruto del cariño de una familia que no se conformo con el nacimiento de un segundo hijo que llenara el hueco dejado por la temprana y más que probable muerte de su hermano, sino que busco que además este pudiera salvarle la vida.

Y digo a simple vista por que no ha todo el mundo le ha parecido bien. Y aquí es donde entra en escena el fundamentalismo católico que tira del típico repertorio fatalista y dramático. La Iglesia Católica no ve con buenos ojos que para que nazca un "bebe-medicamento que ha sido seleccionado como el ganado se tengan que deshechar los embriones enfermos... la destrucción de los propios hermanos". Y aquí entran en el sinsentido de llamar ganado (que me expliquen la diferencia entre rebaño y ganado) y bebe-medicamento al niño recién nacido pero considerando a los embriones como personas, puro sensacionalismo.

Tampoco ven con buenos ojos el hecho de que en el nacimiento de un bebe estén involucradas tres personas, los dos padres y el científico que hace el batido de amor para que nazca el bebe deseado.....esta claro que el hecho cambia si en lugar de una tercera persona es una paloma la que realiza la labor de fecundación, pura demagogia.

Pero en realidad la Iglesia no hace más que reafirmarse en sus principios, el de sufrimiento y resignación. Antes no quedaba otra que aceptar tu destino ya que la ciencia aparte de tropezar de morros una y otra vez ante las zancadillas de la Iglesia poco más podía hacer, pero ahora parece de burros e incluso una crueldad no intentar mitigar el sufrimiento y el dolor de un ser humano. Aunque si me pongo en la piel de los padres de estos dos niños, creyentes y practicantes por cierto, solo les diría una cosa: Que os purguen.

Este nacimiento ha sido posible por que ya no se necesita que la Iglesia vea con buenos ojos nada, no son el obstáculo que suponían cuando te podían dar vuelta y vuelta a la parrilla por el mero hecho de plantearte que el Sol no gira alrededor de la Tierra o teorizar sobre la circulación de la sangre, cosas de herejes. Pero, aunque menos, todavía siguen influenciando y hay que dar un paso más para conseguir que no sean unos fundamentalistas cegados por dogmas los que nos marquen los límites éticos.

Esta gente ya no mea fuera de tiesto, directamente se lo hace encima.